En una pequeña visita a las "Rias Baixas" aprovecho para acercarme a una de las muchas bodegas de vino albariño de la zona, Gran Bazán. Por supuesto que no estoy solo, me acompañan Iván y Cristóbal, que después de la degustación de varios de sus vinos, Gran Bazan Ambar, Verde y Limousine, concluimos que las marcas que comercializan guardan una calidad bastante uniforme; incluso se aventuraron con una bodega en la zona de Valencia para sacar vinos con variedad de uva merlot, bobal y otros tintos de la zona del Levante, abriendo así el mercado americano, al que destinan ya gran parte de su producción.
La encargada de presentarnos las excelencias de la casa, es una joven experta en vinos, nos aclara que no es enólogo, pero por la forma en que habla y el alma que pone para explicar las características de cada producto y variedad, notas que es una parte importante de la bodega.
Me llama la atención que una finca con cierta importancia en el mercado como e esta, sus viñedos no son muy antiguos, no tienen mas de veinticinco años.
Por ultimo como curiosidad, señalar que comenzaron a utilizar los horribles tapones de silicona, rojos y amarillos, en algunas de sus botellas. Es una pena que nuestros vecinos de Portugal no sean capaces de suministrar más corchos, pero se están agotando y esto nos lleva a que cada vez veamos más los sucedáneos siliconados.
El trapío es para los toros y la solera para los destilados, para el vino simplemente el mimo. Se nota.
La encargada de presentarnos las excelencias de la casa, es una joven experta en vinos, nos aclara que no es enólogo, pero por la forma en que habla y el alma que pone para explicar las características de cada producto y variedad, notas que es una parte importante de la bodega.
Me llama la atención que una finca con cierta importancia en el mercado como e esta, sus viñedos no son muy antiguos, no tienen mas de veinticinco años.
Por ultimo como curiosidad, señalar que comenzaron a utilizar los horribles tapones de silicona, rojos y amarillos, en algunas de sus botellas. Es una pena que nuestros vecinos de Portugal no sean capaces de suministrar más corchos, pero se están agotando y esto nos lleva a que cada vez veamos más los sucedáneos siliconados.
El trapío es para los toros y la solera para los destilados, para el vino simplemente el mimo. Se nota.
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