viernes, 28 de mayo de 2010

“Participante en el I Premio Vinos y Blogs del III Concurso de Vinos del Noroeste”

Recuerdo que hace algunos años, cuando aun los contaba porque parecía que no llegaban, estaba mi padre en época de cosecha todo preocupado por las tormentas. Yo un niño, no entendía como le podía afectar tanto, total el no jugaba al balón en la calle!, que mas le daba si no se iba a mojar con la lluvia, pero el hombre dale al teléfono, salía para mirar el cielo, volvía, pensaba, otra vez el teléfono y de repente se marchaba todo el día.

Con el tiempo fui dándome cuenta de lo que pasaba. Empecé a ayudarlo en sus labores vitivinícolas en una pequeña bodega que era su ilusión, y la que nos daba de comer por otra parte.

Fue pasando el tiempo y estos problemas desaparecieron, pues mi padre, como gran emprendedor además del vino, tuvo una fabrica de pasta( jeje italiana), un tostador de cacahuetes, otro de café, una fabrica de caramelos y supongo que alguna cosa mas que no me acuerdo.

Porque se acabaron los problemas de la bodega?, paso a contar la historia como la recuerdo.

  • Papa si nosotros no tenemos fincas, ni cepas, ni uvas, como es que tenemos una bodega.

  • Porque ya no tenemos una bodega, ahora tenemos una planta embotelladora.

  • Lo que?

  • Veamos como te lo explico para que lo entiendas. (Ahora viene lo bueno).

    Compramos mosto, lo mezclamos en la proporción necesaria con alcohol etílico y agua, le damos un poco de color con caramelo y lo ponemos en los enormes recipientes de aluminio que hay en la nave. Por unos tubos pasan a esta maquina que va llenando las botellas que vienen por esta fila que parece un tren. Luego llegan hasta el final donde se le pone el corcho desde arriba y otra maquina con pegamento les pone las etiquetas. De ahí a las cajas y en camión se reparte a todos sitios.

El nacimiento del vino joven.

Así era mi padre, el primer Telmo Rodríguez, claro y meridiano.

“Participante en el I Premio Vinos y Blogs del III Concurso de Vinos del Noroeste